"Viajero: Has llegado a la región más transparente del aire" frase utilizada por Alexander von Humboldt en 1804 para referirse al Valle de México que en realidad no es valle sino cuenca endorreica, y "La ciudad de los palacios" del inglés Charles Joseph La Trobe pero que erróneamente se le atribuye a Humboldt, nos hablan de lo magnificente que para los exploradores europeos resultaría la Ciudad de México.
En 1987 el Centro Histórico de la Ciudad de México y la zona chinampera de Xochimilco con su zona de monumentos históricos ( dicha zona declarada en un polígono en diciembre 4 de 1986 por Miguel de la Madrid que comprende inmuebles en los pueblos ribereños al lago de Xochimilco y Chalco en las delegaciones Xochimilco, Tláhuac y Milpa Alta) fueron inscritas al listado de sitios Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO tomando en cuenta los criterios ii-ii-iv-v como un bien cultural.
En 2004 la Casa Estudio Luis Barragán se incorporaría a la lista como bien cultural basándose en los criterios i-ii, convirtiéndose esta en el único inmueble de forma individual que se hubiera catalogado en América Latina.
En el 2007 la Ciudad Universitaria de la UNAM se anexaría a esta lista de acuerdo a los criterios i-ii-iv.
Y a pesar de todo ello resulta increíble que sean los habitantes de esta ciudad los primeros en hacer de lado la maravilla de ciudad en la que vivimos, que no le tengan ni un poco de respeto o cariño; es indignante ver como la despreciamos y hemos permitido que su magnificencia haya quedado oculta en el mejor de los casos o degradada en otros.
¿Cuándo es que decidimos que nuestra vida vale menos que un disco pirata, un par de calcetines, playeras de 3x10 o ropa interior y les cedimos las banquetas para arriesgarnos a morir atropellados en el arroyo vehicular?, ¿cuándo es que decidimos que caminar por las calles de nuestra ciudad tendrían que ser deporte extremo en el que si no nos quemamos por aceite hirviendo de un puesto de fritangas, es atropellados, asaltados, o simplemente ser aplastados en medio de una multitud deseosa por comprar la última novedad a sólo diez pesos hoy mañana basura para el camión?.
¿Acaso es necesaria la aplicación de normas casi castrenses para aprender ya no digamos a valorar y admirar sino simplemente respetar y comportarnos como personas y no como irracionales e iracundos seres destructores los cuales no tienen reparo en acabar con aquellos rastros y vestigios que cuentan la historia de los suyos?. En ocasiones en mis momentos de insomnio me pongo a pensar en si ¿acaso el que estoy mal y debería tomar la primer lata de aerosol que encuentre para escribir en los muros de la ciudad que habla Victor estuvo aquí? o si ¿debería orinar como un perro callejero frente a la puerta de mi vecino o ya entrado en gastos las puertas de un palacio del siglo XVII? pero no pasan más de 2 milésimas de segundo y me doy una cachetada para volver a la realidad y decir NO, y prefiero creerme loco o iluso y pensar que algún día podremos alcanzar a llegar a ser una sociedad un paso más adelante en la historia, pues al final de cuentas son las ciudades como medio artíficial creado por el hombre las que reflejaran fielmente su grado de avance, retroceso, o estancamiento.
UNESCO
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