Esfuerzo, miles de horas hombre, muchos metros cúbicos de concreto, otras tantas toneladas de acero y MUCHO DINERO.
El rascacielos, palabra que hace volar la imaginación y nos remite a lugares lejanos y seductores, Nueva York, Hong Kong, Dubai o Shangai. Maravillas de la arquitectura e ingeniería que retan la gravedad, los sismos y al viento, construcciones que cambiarían el rostro de grandes ciudades en el siglo XX, tótems de poder y faros de dinero.
Desde la última década del siglo XX, parece que nuestra ciudad se ha comenzado a seducir por este tipo de edificios impulsada en buena parte por la apertura comercial que México presento gracias al TLC. La apertura de México a los mercados demandará un centro neurálgico en el cual pueda haber cabida para empresas que dirijan desde él sus operaciones. La Ciudad de México ha sido desde su origen el centro político, económico y cultural más importante del país, es la capital y por razones obvias la única opción viable para convertirse en nuestro nodo en la red internacional de comercio.
Ya en el gobierno de Salinas se pretendía consolidar a esta ciudad como una de las concentraciones económicas más importantes del orbe, se planteaba un resurgimiento del boom inmobiliario cercano a los 5000 millones de dolares en proyectos de escala urbana en dónde participarían en buena medida capitales estadounidenses y canadienses. Aunque en ese entonces debido a factores económicos y sociales no se desarrollaran tales proyectos, estos no desaparecieron de la mesa, y Torre Mayor de Reichmann International, (que ahora también ha puesto en marcha el proyecto de Torre Diana), la torre del hotel St. Regis que en su momento sería Hilton-Sidek de la empresa mexicana (Sidek-Situr), los segundos pisos del periférico, etc., son proyectos varios millones de dolares por detras lo que hace que tarde o temprano se consumen pues representan ganancias a altas tazas de returno.
En el marco de World Office Forum 2011 en el piso 51 de Torre Mayor, Jorge Castañares señaló que hacia 2014 en Paseo de la Reforma habrá 13 nuevas torres de oficinas, lo que sumará un millón de metros cuadrados.
A pesar de ser una ciudad de gran concentración de riqueza, como en otros aspectos de la vida cotidiana el sector inmobiliario no ha alcanzado el mismo nivel como lo han hecho otras ciudades de gran calibre, si bien influye la debilidad de la moneda local, la demanda no ha sido suficiente como para revalorizar el suelo de este corredor urbano que presta las condiciones necesarias para que su precio pudiera estar cerca del doble de lo que cuesta actualmente, por tal motivo en esta ciudad se construye 1 edificio relativamente alto cada 2 años, otro aspecto importante es que nuestra ciudad pierde competitividad ante las nuevas ciudades globales, especialmente las asiáticas como Seoul, Beijing, Shangai, o el casos más cercanos como Buenos Aires y Sao Paolo, para lo cual el gobierno de la ciudad debe mejorar las condiciones de competitividad en especial las de materia de alta tecnología, conectividad y turismo para poder permitir posicionar a la ciudad en el escenario global.
Pero se hace lo que se puede como en el caso de la Torre Bicentenario, un rascacielos de 600 millones de dolares que pudo haber sido construido en la zona de las Lomas, aunque la espectacular cifra parece descomunal para esta ciudad, si lo comparamos con los 3000 millones del One WTC de NY ya no lo parece tanto, por eso el mismo Koolhaas, arquitecto a cargo del proyecto establecería que el proyecto era austero debido a que en nuestro país y ciudad no es mercado aún de las grandes ligas en estos temas y la rentabilidad no se podría asegurar al incrementar su costo, razón por la cual se han contratado a arquitectos de fama internacional como César Pelli, quien sabe que al mercado de esta ciudad le resultaría costoso un edificio con características de diseño similares a las que diseñan para otros mercados y simplemente se ha encargado de dar versiones más austeras de edificios que ha concebido en Asia o Europa.
Afortunadamente el mercado ha absorbido diseños nacionales de gran calidad que nada envidiarían a los hechos por grandes firmas con mayor presupuesto y que por el contrario demuestran un mejor conocimiento de las condiciones y circunstancias de esta ciudad, como el caso de LBR con la Torre Reforma.
Ya en el gobierno de Salinas se pretendía consolidar a esta ciudad como una de las concentraciones económicas más importantes del orbe, se planteaba un resurgimiento del boom inmobiliario cercano a los 5000 millones de dolares en proyectos de escala urbana en dónde participarían en buena medida capitales estadounidenses y canadienses. Aunque en ese entonces debido a factores económicos y sociales no se desarrollaran tales proyectos, estos no desaparecieron de la mesa, y Torre Mayor de Reichmann International, (que ahora también ha puesto en marcha el proyecto de Torre Diana), la torre del hotel St. Regis que en su momento sería Hilton-Sidek de la empresa mexicana (Sidek-Situr), los segundos pisos del periférico, etc., son proyectos varios millones de dolares por detras lo que hace que tarde o temprano se consumen pues representan ganancias a altas tazas de returno.
En el marco de World Office Forum 2011 en el piso 51 de Torre Mayor, Jorge Castañares señaló que hacia 2014 en Paseo de la Reforma habrá 13 nuevas torres de oficinas, lo que sumará un millón de metros cuadrados.
A pesar de ser una ciudad de gran concentración de riqueza, como en otros aspectos de la vida cotidiana el sector inmobiliario no ha alcanzado el mismo nivel como lo han hecho otras ciudades de gran calibre, si bien influye la debilidad de la moneda local, la demanda no ha sido suficiente como para revalorizar el suelo de este corredor urbano que presta las condiciones necesarias para que su precio pudiera estar cerca del doble de lo que cuesta actualmente, por tal motivo en esta ciudad se construye 1 edificio relativamente alto cada 2 años, otro aspecto importante es que nuestra ciudad pierde competitividad ante las nuevas ciudades globales, especialmente las asiáticas como Seoul, Beijing, Shangai, o el casos más cercanos como Buenos Aires y Sao Paolo, para lo cual el gobierno de la ciudad debe mejorar las condiciones de competitividad en especial las de materia de alta tecnología, conectividad y turismo para poder permitir posicionar a la ciudad en el escenario global.
Pero se hace lo que se puede como en el caso de la Torre Bicentenario, un rascacielos de 600 millones de dolares que pudo haber sido construido en la zona de las Lomas, aunque la espectacular cifra parece descomunal para esta ciudad, si lo comparamos con los 3000 millones del One WTC de NY ya no lo parece tanto, por eso el mismo Koolhaas, arquitecto a cargo del proyecto establecería que el proyecto era austero debido a que en nuestro país y ciudad no es mercado aún de las grandes ligas en estos temas y la rentabilidad no se podría asegurar al incrementar su costo, razón por la cual se han contratado a arquitectos de fama internacional como César Pelli, quien sabe que al mercado de esta ciudad le resultaría costoso un edificio con características de diseño similares a las que diseñan para otros mercados y simplemente se ha encargado de dar versiones más austeras de edificios que ha concebido en Asia o Europa.
Afortunadamente el mercado ha absorbido diseños nacionales de gran calidad que nada envidiarían a los hechos por grandes firmas con mayor presupuesto y que por el contrario demuestran un mejor conocimiento de las condiciones y circunstancias de esta ciudad, como el caso de LBR con la Torre Reforma.
Arriba Torre Reforma y Torre Bancomer durante su proceso de construcción; así como el la Torre Libertad (St. Regis Ciudad de México) diseño de Cesar Pelli. Abajo el One World Trade Center y al fondo el World Financial Center NY.