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sábado, 27 de julio de 2013

LAS TORRES DE REFORMA

Esfuerzo, miles de horas hombre, muchos metros cúbicos de concreto, otras tantas toneladas de acero y MUCHO DINERO.



El rascacielos, palabra que hace volar la imaginación y nos remite a lugares lejanos y seductores, Nueva York, Hong Kong, Dubai o Shangai. Maravillas de la arquitectura e ingeniería que retan la gravedad, los sismos y al viento, construcciones que cambiarían el rostro de grandes ciudades en el siglo XX, tótems de poder y faros de dinero.

      Desde la última década del siglo XX, parece que nuestra ciudad se ha comenzado a seducir por este tipo de edificios impulsada en buena parte por la apertura comercial que México presento gracias al TLC. La apertura de México a los mercados demandará un centro neurálgico en el cual pueda haber cabida para empresas que dirijan desde él sus operaciones. La Ciudad de México ha sido desde su origen el centro político, económico y cultural más importante del país, es la capital y por razones obvias la única opción viable para convertirse en nuestro nodo en la red internacional de comercio.

      Ya en el gobierno de Salinas se pretendía consolidar a esta ciudad como una de las concentraciones económicas más importantes del orbe, se planteaba un resurgimiento del boom inmobiliario cercano a los 5000 millones de dolares en proyectos de escala urbana en dónde participarían en buena medida capitales estadounidenses y canadienses. Aunque en ese entonces debido a factores económicos y sociales no se desarrollaran tales proyectos, estos no desaparecieron de la mesa, y Torre Mayor de Reichmann International, (que ahora también ha puesto en marcha el proyecto de Torre Diana),  la torre del hotel St. Regis que en su momento sería Hilton-Sidek  de la empresa mexicana (Sidek-Situr), los segundos pisos del periférico, etc., son proyectos varios millones de dolares por detras lo que hace que tarde o temprano se consumen pues representan ganancias a altas tazas de returno.

      En el marco de World Office Forum 2011 en el piso 51 de Torre Mayor, Jorge Castañares señaló que hacia 2014 en Paseo de la Reforma habrá 13 nuevas torres de oficinas, lo que sumará un millón de metros cuadrados.




 
  A pesar de ser una ciudad de gran concentración de riqueza, como en otros aspectos de la vida cotidiana el sector inmobiliario no ha alcanzado el mismo nivel como lo han hecho otras ciudades de gran calibre, si bien influye la debilidad de la moneda local, la demanda no ha sido suficiente como para revalorizar el suelo de este corredor urbano que presta las condiciones necesarias para que su precio pudiera estar cerca del doble de lo que cuesta actualmente, por tal motivo en esta ciudad se construye 1 edificio relativamente alto cada 2 años, otro aspecto importante es que nuestra ciudad pierde competitividad ante las nuevas ciudades globales, especialmente las asiáticas como Seoul, Beijing, Shangai, o el casos más cercanos como Buenos Aires y Sao Paolo, para lo cual el gobierno de la ciudad debe mejorar las condiciones  de competitividad en especial las de materia de alta tecnología, conectividad y turismo para poder permitir posicionar a la ciudad en el escenario global.

       Pero  se hace lo que se puede como en el caso de la Torre Bicentenario, un rascacielos de 600 millones de dolares que pudo haber sido construido en la zona de las Lomas, aunque la espectacular cifra parece descomunal para esta ciudad, si lo comparamos con los  3000 millones del One WTC de NY ya no lo parece tanto, por eso el mismo Koolhaas, arquitecto a cargo del proyecto establecería que el proyecto era austero debido a que en nuestro país y ciudad no es mercado aún de las grandes ligas en estos temas y la rentabilidad no se podría asegurar al incrementar su costo, razón por la cual se han contratado a arquitectos de fama internacional como César Pelli,  quien sabe que al mercado de esta ciudad le resultaría costoso un edificio con características de diseño similares a las que diseñan  para otros mercados  y simplemente se ha encargado de dar versiones más austeras de edificios que ha concebido en Asia o Europa.

      Afortunadamente el mercado ha absorbido diseños nacionales de gran calidad que nada envidiarían a los hechos por grandes firmas con mayor presupuesto y que por  el contrario demuestran un mejor conocimiento de las condiciones y circunstancias de esta ciudad, como el caso de LBR con la Torre Reforma.







Arriba Torre Reforma y Torre Bancomer durante su proceso de construcción; así como el la Torre Libertad (St. Regis Ciudad de México) diseño de Cesar Pelli. Abajo el One World Trade Center y al fondo el World Financial Center NY.

jueves, 25 de julio de 2013

MATHIAS GOERITZ

Dentro del Global City Index la nuestra figura no en posiciones envidiables cuando a términos generales de deseo de negocios se trata y además hemos caído varias escaños en los últimos años, sin embargo el ámbito de experiencia cultural en México siempre nos deja bien parados, pero pareciera que somos los habitantes de esta ciudad y este país los que la olvidamos, esto va más allá de las artesanías.

      Un pueblo al que no le interesa saber de su pasado, cuyo presente es diverso y futuro incierto, se enajena y aleja de su identidad, caminando con pasos errantes hacia un horizonte poco claro. Los grandes momentos de la historia de un país evocan en ellos una identidad y unión que apoyados por acciones contundentes de sus dirigentes logran el desarrollo de sus pueblos en todos los ámbitos, desde los social, cultural o económico. Las grandes fechas pueden ser tan variadas como aniversarios, eventos deportivos o cambios de los grupos de poder. A ningún lado se puede llegar sin una buena organización ni un líder, así fuese el momento idóneo para el salto más radical de un pueblo, si su sociedad y dirigentes la dejan pasar desapercibida simplemente se quedarían estancados siendo sólo espectadores o quizá sólo una sombra en un vórtice de cambios  que no dejan de suceder en el mundo.

      En un momento en que México ansiaba tocar la modernidad y el primer mundo, apoyado por un crecimiento económico e industrial producto de las guerras y bonanza petrolera, aunado a la visión de grandes hombres. Luis Barragán, el gran arquitecto mexicano cuyo manejo de luz y color daría a la arquitectura moderna un sentido espiritual y más humano en dónde la  arquitectura dejaría de ser una creación industrial. Barragán daría identidad y rostro a nuevas zonas en expansión de nuestra ciudad. Es precisamente que junto el pintor Chucho Reyes su gran amigo y Mathias Goeritz, crearían uno de los iconos inconfundibles de la zona metropolitana, las Torres de Satélite.

       Mathias fue un escultor alemán que radicó en Marruecos, España y en 1949 se instala en México, torturado por la idea de pertenecer a una cultura que había causado genocidio, huye de la guerra, temeroso de los males que esta desencadenó. Siendo profesor, tenía miedo de que los movimientos estudiantiles del 68 pudieran desencadenar en una violencia tal como la vivida en Europa, como pintor y escultor, el creía firmemente en que la salvación del hombre podría estar solamente en el arte y no la política, por lo cual fue un gran promotor de esta. Mathias no se aboco exclusivamente a la pintura y escultura, se inmiscuyó en diversos aspectos de la vida cultural, desde la arquitectura hasta los timbres postales, colaboro en la organización de las actividades culturales de la Olimpiada de México 68 que  estaban a cargo de Ramírez Vazquez.



      Un artista en la búsqueda constante, emocional y nunca conformista. La obra de Mathias Goeritz es en su mayoría para el exterior, una obra que rompe con la rigidez, que se acerca a las texturas y colores, la integración plástica que lograría con sus esculturas urbanas que su arte fuera público adecuado a la modernidad, con un carácter regionalista y abstracto, pero que deja atrás a esas mitificaciones  de héroes y gestas, convirtiéndose en algo contemplativo.



      Rompiendo con la casi ingenieril tendencia de la arquitectura moderno de la primera  mitad del siglo XX en donde el hombre se adapta a la arquitectura.máquina en lugar de la arquitectura adaptarse al hombre, Mathias crea un espacio en dónde se pueda romper con esa cuadratura y generar sensaciones y emociones, dando lugar al Museo Experimental El Eco, lugar en el que logra la integración plástica que permite el cruce de fronteras de la arquitectura, la escultura o la música. Goeritz es un provocador urbano de arte monumental y espiritual.




      De norte a sur, desde la Ruta de la Amistad hasta las Torres de Satélite, Mathias sería un gran artista que con su trabajo daría identidad al espacio urbano.


   



martes, 16 de julio de 2013

CHOCOLATE, MANTEQUILLA Y UN VASO CON HIELOS

Cuentan los conocedores paladares que en el México tradicional la comida siempre ha sido pieza fundamental de la vida y la convivencia, cinco es el número que veces que una familia promedio comería al día y nada mejor que saborear una espumosa taza de chocolate después de la comida.

      En las calles de la ciudad se respira un aire afrancesado, los anhelos del estilo europeo llegan a las casa y las mesas comenzando por la del presidente Don Porfirio Díaz. Pero comer tantas veces, tomar chocolate y peor aún sorber del platito de la taza el chocolate que caía, era visto como una barbarie en esta nueva era de gusto extranjero; el café sustituiría al delicioso chocolate sobre las mesas de aquellos que quisieran estar a la vanguardia.

      Comer mucho era de mala educación así es que los momentos de la comida deberían reducirse y las viejas fondas y cantinas deberían dar paso a los sofisticados "restaurantes" cuya distinción sería ofrecer agua con hielo cosa que no sucedía en las mesas de ese entonces y un hecho aún más inusitado, la aparición de la mantequilla, ¿Qué era la mantequilla?, ¿Para qué se usaba?, nadie estaba seguro pero eso era lo de menos, quien quisiera estar vigente en un país y una ciudad con anhelos de prosperidad construidos en mármol, acero y moldeados lo mismo por Boari que por  Rivas Mercado; que daba pujante cual ferrocarril con un fondo de vals sobre las olas, la bienvenida al nuevo siglo;  tendrían que incorporarla a sus nuevas costumbres.

miércoles, 10 de julio de 2013

La visión de la ciudad moderna, TLATELOLCO

Mario Pani, arquitecto privilegiado e icono de la arquitectura moderna de México, más allá de las relaciones familiares que le permitían estar bien  apalancado, fue privilegiado por la oportunidad de vivir y conocer, arquitectura, tendencias, y formas de vida no sólo de México sino de otras partes del mundo, cómo hijo de diplomático tuvo la oportunidad de vivir en Bélgica, Italia y Francia, casándose en España y habiendo estudiado en la Escuela de Bellas Artes de París.

      Introdujo los conceptos de Le Corbusier sobre las ciudades verticales en donde se concebían a las villas agrupadas en altura, agrupaciones de vivienda en dónde se disfruta de un patio terraza cuyas condiciones permiten su uso como espacio exterior gracias a la doble altura y ventilación cruzada. Pani llevaría a una escala nunca antes vista en México a la vivienda, construiría el primer par de condominios en Paseo de la Reforma y crearía conjuntos urbanos como el Presidente  Juaréz y Alemán. Pani construyo alrededor de 30,000 metros cuadrados de departamentos para todos los estratos sociales.

      En 1964 Tlatelolco se convertiría en la máxima expresión de los multifamiliares.


   
      Pero, qué es Tlatelolco?

El Conjunto Urbano Nonoalco Tlateloloco ha sido un proyecto de tal escala, importancia, innovación, audacia  y ambición que jamas se ha vuelto a ver uno igual en esta ciudad o país.

      En 96.4 hectáreas  de lotes baldíos del Sindicato Ferrocarrilero y talleres de la empresa La Consolidada al norte de la ciudad, se gestaría un proyecto que iría más allá de ser simplemente un satisfacor de espacios de vivienda, sino sería un proyecto ideológico cuya excepcional calidad pasaría a la posteridad. En un momento en el que México seguía un decidido camino para lograr su modernización y entrar al primer mundo, bajo la administración del presidente Adolfo López Mateos la economía del país tendría un periodo de gran crecimiento, se comenzaron obras de infraestructura para la modernización del país, grandes obras para el desarrollo cultural como el Museo de Arte Moderno y el mismisimo Museo de Antropología e Historia, nacionalizó la industria eléctrica y por primera vez conseguiría que  un país considerado como del tercer mundo fuera electo para ser sede olímpica. En el bullicioso auge de un país deseoso de superación y crecimiento la vivienda y proyectos de gran escala tendrían que demostrar lo que este país podía llegar a ser, y eso es precisamente Tlatelolco.

         La faraónica obra de un millón de metros cuadrado se convertiría en la utopía del México sin vecindades, una obra que busca ser una ciudad en si misma con 11,916  departamentos, edificios de oficinas, escuelas, hospitales, clínicas, centros deportivos, teatros y hasta cine, Tlatelolco sería el proyecto a seguir para transformar los cinturones de miseria de la ciudad y transformarlas en una ciudad de vanguardia y modernidad. Espacio urbano que se sería resultado de la funcionalidad y la geometría, ciudades de rascacielos que liberarían espacio para crear zonas verdes dando como resultado un 75% de espacio libre.

           El gran conjunto ideado por Pani era un proyecto presentado en Venezuela de una ciudad modelo para Caracas con el cual resulto ganador, Pani se acerca al gobierno mexicano cuando se entera que a raíz de un acuerdo firmado entre los países de la América Latina con el gobierno de los Estados Unidos de América llamado "Alianza para el Progreso" en agosto 17 de 1961 para evitar el acercamiento de estos países con la Unión Soviética y Cuba después de un fallido intento de invasión a la Bahía de Conchinos en abril 17 de ese mismo año por parte de un grupo anticastrista; se pretendían construir espacios habitacionales en la zona de los llanos de Balbuena al oriente de la ciudad.

               Evidentemente ningún acuerdo o tratado se firma sin algún tipo de beneficio por ambas partes  por lo que el gobierno estadounidense otorgaría créditos a 50 años sin intereses para financiar el desarrollo de los países sólo que con una pequeña trampa, para acceder a este préstamo deberían presentar los proyectos elaborados y estudios sobre su costo antes de terminar ese año  dando así sólo un par de meses para su elaboración. Al presentarse Pani con un proyecto totalmente terminado se comenzó la búsqueda del predio en dónde se construirá y fue así que se opto los predios al norte de la ciudad y que al tener premura por el limitado tiempo se cometieron algunos errores en su expropiación pensando que pertenecían a Ferrocarriles Mexicanos cuando en realidad eran del Sindicato Nacional de Trabajadores Ferrocarrileros, una vez definido el terreno se hicieron las modificaciones al proyecto original como algunos cambios de altura y eliminación de un parque central que en parte ocupa la Plaza de las Tres Culturas.





       En los últimos años se han construido infinidad de unidades habitacionales en los municipios pertenecientes al área metropolitana aprovechando su bajo costo, y en el caso de la zona oriente padrinazgo político utilizando las áreas de reserva territorial consumiéndolas de una manera apabullante como en el caso de San Vicente Chicoloapan en donde de una población que tardo 400 años en ocupando ese sitio, se duplico de la noche a la mañana debido a la construcción de unidades habitacionales de nula calidad estética, ínfimas, que al ser incapaces de satisfacer la demanda de servicios y equipamiento necesarios  sobresaturan la capacidad de los ya de por si precarios del pueblo ya existente. Lo mismo sucede en Ixtapaluca, Chalco, Huehuetoca, Nicólas Romero o Tecámac sólo por mencionar algunos.  En la lógica inmobiliaria de hoy poco ha importado acabar con la calidad de vida de los habitantes, se ha pasado a un modelo de producción en serie sin tener importancia a su consumidor final, inhumana y sin el más mínimo sentido de la lógica que ha producido que la ciudad (contando su área metropolitana), ha reducido de manera importante su densidad y se ha expandido sin control ni recato alguno.

      Pareciera que se ha olvidado que la vivienda es precisamente para habitarse, y en estos nuevos fraccionamientos que han destruido un entorno y equilibrio natural también han negado de espacios recreativos y la posibilidad de conocer a sus habitantes lo qué significa el espacio público. Pero esto no es exclusivo para los fraccionamientos y grandes conjuntos que están a 3 horas del centro de la ciudad sino también los nuevos grandes desarrollos en zonas cómo Santa Fe o el Nuevo Polanco (colonia Granada) en dónde se satura de torres el espacio y a falta de espacio público y áreas verdes colocan un gimnasio con un carril de nado.

       En la construcción de los bloques de vivienda amplia y de buena altura de una manera alargada, sobrepuestos uno arriba del otro para liberal espacio en planta, generar amplios espacios públicos que a través de amplios ventanales que permiten una continuidad del interior al exterior.



      creo que es cierto aquel dicho popular que dice: "nadie sabe lo que tiene hasta que lo pierde", a medio siglo de su construcción si bien no luce como un lugar sucio y a salvado a sus espacios de la plaga que representa el ambulantaje, Tlatelolco hoy luce descuidada, árboles que necesitan clarearse, pavimentos que ya no están en sus mejores condiciones, plantas que necesitan ser renovadas, y edificios que necesitan un remozamiento son aspectos que saltan a la vista. es evidente que en un lugar cuyo espacio público es la mayor parte de su superficie, este tipo de cuestiones y enajenación se den afortunadamente es un proyecto que crea identidad colectiva y un sentido de pertenencia y si bien por parte de las autoridades no hay un apoyo necesario como el que se merece este proyecto de calidad urbana excepcional en el que una vez inmersos nos olvidamos del ruido de los vehículos automotores y se vuelve un espacio 100% caminable, algunos de sus habitantes han decidido tomar acciones, y gestar por la mejoría de la calidad de este icono del urbanismo, historia y arquitectura, formando grupos de vecinos interesados en la valoración de este espacio único de la ciudad que se unen con acciones y acontecimientos como el CCU Tlatelolco que demuestra la capacidad de este sitio para reinventarse y permanecer al día con gran dignidad.



CONTINUARÁ..................